Con las patitas en el guatero pienso en esa cuchara, esa es la verdad, no existe. Es entretenido despues de todo, cuanto tiempo preguntandose sobre aquel gran gigantesco y absurdo enigma, solo para concluir que no hay cuchara. Cuantas risas nos hubieramos ahorrados, y cuantos malos recuerdos no tendria ahora. En fin, lo importante es que ahora el mono vuelve a la jaula, el sapo sale del escondite y el raton se muere comiendo veneno.
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