sábado, 14 de febrero de 2015

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La plaza de armas, siempre llena de turistas de todo el mundo tratando de comprar un objeto que les recordara su visita al fin del mundo; las señoras de los puestos de artesanias ofreciendo articulos unico de alla que podemos encontrar a lo largo de toda esta larga franga; los abuelitos sentados en las bancas; el grupo de jovenes pertenciente a alguna tribu urbana desconocida y con un corta esperanza de vida; el joven con cara de argentino sobre el monociclo y nosotras, sentadas esperando la llegada de él. Supongo que no me tome el tiempo suficiente para mirarlo o simplemente me parecia que aun no era el momento; sin embargo, despues de un rato lo vi. Ahi, en blue house. No se porque me cautive tanto, quizas el viento o el frio de alla seguramente me tenia un poco atontada, o simplemente mis celulas lo reconocieron. Lo mire, le sonrei, le converse, lo acompañe. Un cigarro, dos cigarros, tres... y me beso. Que maravilloso. Embriagados de alcohol y de besos aparecio el gringo preguntando cosas que poco entendimos. Al dia siguiente descubri que no era un sueño y en la misma plaza nos despedimos. Ahi comenzo la espera, ahi comenzo el amor. Y desde ahí un año. Te amo.


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